Αποτελέσματα Αναζήτησης
Que todos en nuestra familia seamos custodios de Tu Sangre, como la Virgen. Que no permitamos que Tu Sangre caiga al piso, sino que ejerza todo su poder liberador y sanador en nuestras almas, mentes, corazones, percepciones, talentos, afectos, carácter, personalidades y formas de relacionarnos.
Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén. Lea el Alma de Cristo en Vatican News.
La oración de la sangre de Cristo para proteger a la familia sirve para comunicarse con Dios y salvaguardar a aquellos que forman la parte más importante de la vida del ser humano. Bajo pensamientos y peticiones que permitan que Dios y tu logren una conexión directa.
28 Ιουλ 2022 · A continuación, se recita la oración: «Sangre de Cristo, embriágame con tu amor. Sangre de Cristo, límpiame de mis pecados. Sangre de Cristo, protégeme de todo mal. Amén.» Después de rezar la oración, se puede hacer la petición que se desee, o simplemente agradecer a Dios por su protección y ayuda. ¿Para qué se utiliza la Oración ...
Oración a la Sangre de Cristo para protección y bendición de la familia. Oh! Señor y Dios Padre Nuestro, que cuidas de tus Hijos y nos alejas de la presencia del maligno cuando hace acto de presencia y se manifiesta en nuestras vidas, dame tu protección para alejar, someter y vencer a todas las fuerzas del mal que anidan alrededor mío.
Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame.
La expresión "sangre de Cristo, embriágame" en una oración es una invocación católica que se utiliza en momentos de angustia o necesidad para pedir protección y fortaleza espiritual a través de la sangre derramada por Jesucristo en la cruz.